El upskilling y el reskilling están ganando fuerza. Ambos conceptos están relacionados con la mejora de las habilidades en el entorno laboral debido a las necesidades y problemáticas del tejido empresarial en la actualidad. El 81% de las organizaciones afirman que les cuesta encontrar profesionales cualificados, según la Guía del Mercado Laboral 2024, esto provoca que las empresas apuesten por el desarrollo del talento interno para cubrir las necesidades. En este contexto, el upskilling y el reskilling son fundamentales.
¿Pero qué quieren decir exactamente estas dos palabras? Lo vemos.
La diferencia entre estos dos conceptos radica en que cada uno persigue un objetivo distinto. El upskilling tiene como finalidad actualizar las competencias de una persona trabajadora para que mejore su rendimiento en el puesto de trabajo en el que se encuentra. Por otro lado, la finalidad del reskilling es capacitar a una persona trabajadora para que pueda desempeñar unas funciones diferentes o se sitúe en otro puesto de trabajo.
Se suele recurrir al upskilling para retener el talento sin renunciar a la mejora de este. En un contexto tan cambiante, las habilidades necesarias para desempeñar un puesto de trabajo quedan obsoletas rápidamente. Las empresas deben asegurar la gestión del talento para poder cumplir con las demandas y recurrir al upskilling es una gran opción que además fideliza a la persona empleada con la empresa y evita nuevas contrataciones. Además, este proceso suma valor al profesional, dando lugar a una mayor especialización.
Por su parte, el reskilling está basado en el reciclaje profesional. Es una técnica muy usada cuando no se encuentran candidaturas para cubrir una vacante. Esta inversión formativa da la oportunidad a la persona empleada de desarrollar nuevos caminos profesionales, creando un perfil más versátil. Para la empresa, supone apostar por un talento que ha sido efectivo en otros ámbitos, favoreciendo así la relación entre persona empleada y organización.
Imaginemos una empresa del sector retail que decide implementar un nuevo sistema de atención al cliente basado en inteligencia artificial. Su equipo de atención al cliente, formado por perfiles no técnicos, necesita comprender cómo interactuar con esta nueva tecnología y cómo interpretar los datos generados por la IA.
En este caso, la empresa podría optar por un plan de upskilling, ofreciendo formación en competencias digitales, comprensión básica de IA y manejo de nuevas herramientas para mejorar su rendimiento en el mismo puesto.
Por otro lado, la empresa también podría identificar a una parte de la plantilla con alto potencial y gran conocimiento del producto, pero sin experiencia previa en análisis de datos. A estas personas se les podría ofrecer un plan de reskilling para convertirlas en analistas de datos junior que den soporte al nuevo sistema de IA. De esta forma, se reciclan perfiles internos para cubrir nuevas necesidades, evitando contrataciones externas y reforzando el vínculo con la plantilla.
Las empresas que desarrollan planes de upskilling y reskilling están optando por el aprendizaje constante como una estrategia competitiva. Teniendo en cuenta que los cambios tecnológicos están transformando los puestos de trabajo a una gran velocidad, es inviable dejar atrás estos planes. De hecho, entre 75 y 375 millones de personas trabajadoras (del 3% al 14% de la fuerza laboral mundial) deberán cambiar de categoría ocupacional para 2030 debido a los cambios tecnológicos, según un estudio elaborado por McKinsey Global Institute.
El upskilling y el reskilling permite fortalecer la relación entre la empresa y la plantilla a través de la renovación constante para asegurar la sostenibilidad de la organización. Pero no solo garantiza la viabilidad de la empresa, también asegura que los y las empleadas puedan conservar su puesto de trabajo, mientras que mantienen su talento actualizado a lo largo del tiempo, sumándole valor a sus habilidades.
Además de esta sinergia que se crea entre empresa y plantilla, las estrategias de upskilling y reskilling tienen estas ventajas para las organizaciones:
Para la plantilla, las estrategias de upskilling y reskilling tienen estas ventajas:
En resumen, las estrategias de upskilling y reskilling son un punto de encuentro entre empresa y plantilla. Se trata de una sinergia en la que ambas partes salen beneficiadas. Estas formaciones representan el lugar donde ambos factores convergen y se unen para enfrentarse al mayor reto que afecta al tejido empresarial: el constante cambio de necesidades provocado por el desarrollo tecnológico..
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