Cómo asegurar que contribuimos positivamente al entorno de la formación profesional
Constantemente me pongo en la piel de las personas que van a recibir el contenido formativo de Hábilon: trabajadores y trabajadoras que van a mejorar sus capacidades en el entorno profesional. Aquí está la clave de todo: A pesar de que no son el cliente de la empresa, son los consumidores finales del producto.
Y en este punto, siempre me hago la misma pregunta, ¿estamos aportando valor a las personas que se forman con mi contenido?
Sería una ridiculez llevar más de 30 años en este sector y no creer en la importancia de la capacitación profesional.
Pero también sería irresponsable no tener en cuenta el contexto real en el que se desarrolla el producto: un clima laboral marcado por la falta de tiempo, en ocasiones con escasez de motivación y con poca fe en los beneficios de estas formaciones debido a la forma en la que ha sido planteada a lo largo de los años.
Y como decía antes: Aquí está la clave.
Construir formación online para el mundo laboral que cumpla con las necesidades básicas es sencillo, no requiere de mucho esfuerzo. Esto es a lo que yo me dedico, pero es una realidad. ¿Cuántos resultados da Google si buscas “cursos de Excel para empresas”? ¿Y si buscas “cursos de idiomas para plantillas de trabajo”?.
La clave está en asegurar que voy a lanzar un producto de calidad, no solo para diferenciarme de la competencia, sino para que la pregunta ¿estoy aportando valor a las personas que se forman con mi contenido? me deje descansar por la noche.
La búsqueda de autores: el comienzo
Como ya sabéis, me lancé a esta aventura en 2019, fueron momentos emocionantes a la vez que duros, con ideas claras y otras por cerrar. Desde los inicios tenía la propuesta en mente de que el contenido propio de la empresa iba a estar creado por un claustro de profesionales especialistas en diferentes materias.
Sabía lo que no quería: un catálogo formativo sin autoría, con cursos creados a partir de la contribución de varios profesionales. Mi experiencia me decía que tenía que apostar por un contenido especializado, y para ello había que ir al origen de este.
Por lo tanto, durante muchos meses, estuve en la “búsqueda y la captura” de profesionales cualificados. No fue un proceso fácil, ya que necesitaba que todo el claustro cumpliera con tres premisas:
- Experiencia profesional en el ámbito de especialización: Este era un requisito fundamental, ya que no creo en una formación destinada a las capacitaciones profesionales creada por personas que no han ejercido en este ámbito. Considero que esto es una ventaja para elaborar contenido orientado a las necesidades reales del sector.
- Competencia docente anterior, asegurando que no solo son profesionales por su labor y formación, sino que tienen capacidad para transmitir el contenido de forma efectiva.
- Formación académica: Dando lugar a un claustro compuesto por profesionales con grados, postgrados e incluso doctorados.
Conseguir este claustro fue un paso importantísimo para Hábilon. Por lo que llegados a ese punto y siendo conscientes de la calidad del equipo humano, queríamos hacer visible quién había detrás del contenido. Por lo tanto, otro de los elementos de calidad es que se conoce la autoría del claustro, pudiendo conocer las aptitudes de cada profesional, acceder a su perfil de Linkedin, etc.
La adaptabilidad: una pieza con la que nació Hábilon
La búsqueda del claustro de autores fue uno de los primeros pasos, pero antes de eso ya existía otro requisito fundamental del contenido de Hábilon Elearning. Se trata de la adaptabilidad del contenido como un factor esencial.
¿Por qué priorizo tener un contenido adaptable? Como he dicho antes, el objetivo final de Hábilon Elearning es aportar valor a profesionales en el ámbito laboral. Y entonces me pregunto, ¿cómo puedo hacerlo?.
La respuesta es que en los momentos en los que estoy escribiendo este artículo, las plantillas necesitan formación en determinadas materias. Por ejemplo, a septiembre de 2024 las formaciones más demandadas están relacionadas con la Inteligencia Artificial. Pero si me repito la pregunta en septiembre de 2025, la respuesta habrá cambiado.
Un factor determinante es la configuración de la formación a partir de las necesidades profesionales, estratégicas y personales en cada momento.
Queríamos un catálogo con contenido flexible, no solo en lo relativo a la temática del contenido, sino que pretendía ir más allá.
El resultado fue un contenido con una estructura totalmente adaptable. Las formaciones de Hábilon están diseñadas a partir de Unidades Mínimas de Aprendizaje (UMAs), que permiten configurar la experiencia formativa según las necesidades de cada departamento, incluso de cada persona.
En otra de las entradas de este blog, existe un artículo explicando, de forma detallada, qué son las UMAs y cómo se pueden configurar rutas de aprendizaje personalizadas.
Esta forma de concebir la capacitación empresarial se basa en ajustar la formación a las necesidades reales. A través de esta, se pueden tener en cuenta factores como el perfil profesional, la situación estratégica de la empresa y el área de especialización para conformar planes formativos adaptados. El resultado es una formación que tiene un impacto real en el desarrollo profesional, ya que atiende a las necesidades profesionales, estratégicas y personales en cada momento.
La guinda del pastel: la actualización y la gamificación
Con el claustro de autores y autoras junto con el sistema para configurar la formación a partir de UMAs había llegado a mi objetivo. Pero sabía que me faltaba algo más para terminar de ofrecer un contenido de verdadera calidad.
Es aquí cuando entraron en juego dos factores que forman parte del contenido de Hábilon Elearning como aspectos esenciales.
Por un lado tenemos la actualización del contenido. ¿De qué me servía haber puesto tanta energía en localizar al mejor claustro para que su contenido quedase obsoleto nada más se actualizara una norma?
Por lo tanto, en Hábilon contamos con un mínimo de tres revisiones anuales del contenido por parte del claustro y por parte del equipo educativo con la intención de mantener los parámetros de calidad.
Ya tenía lo que quería: contenido creado por profesionales mostrando su autoría, actualizaciones cada cuatro meses y formato totalmente adaptable. Pero aún no era suficiente.
Al principio del artículo hablaba de que sería un ignorante si no tenía en cuenta el contexto en el que se desarrollaba mi contenido. Y sé que formarse dentro de la empresa cuesta mucho trabajo, por lo tanto sabía que el contenido en sí debería ser llamativo.
En este punto entraba en juego la gamificación, que consiste en aplicar técnicas lúdicas para mantener la atención. De esta forma, el contenido de Hábilon contiene tests, feedback interactivo, mapa de progresos y logros, simuladores y otros elementos de gamificación. Todos ellos están destinados a configurar una experiencia formativa amable, entretenida y que requiera concentración.
A modo de resumen, podemos decir que la calidad del contenido Hábilon Elearning está sustentada en estos parámetros:
- Claustro de autores y autoras de calidad.
- Actualización de contenidos.
- Catálogo adaptable.
- Contenido gamificado.
Una lista de cuatro elementos fundamentales. Una hoja de ruta que siempre tengo en mente.
Como factoría de contenido, el negocio crece, se expande y se transforma, pero esta lista la tengo tatuada en la mente. Puede ser un escaso listado, pero costó mucho llegar hasta aquí.
Por lo tanto, cuando me pregunto ¿estoy aportando valor con mi producto? regreso a este listado que es el ABC de Hábilon Elearning. En ese momento, puedo descansar tranquilamente.
Autor: Alfonso Ochoa – CEO de Hábilon Elearning